La expropiación petrolera.
- Guillermo Angel Diaz Bartolo
- 22 mar 2023
- 2 Min. de lectura
Corría el año 1938 cuando el presidente Lázaro Cárdenas emitió un decreto mediante el cual se expropiaba el petróleo a las empresas extranjeras. Aquel 18 de marzo fue celebrado como símbolo de identidad nacional y reafirmación de soberanía. La expropiación trajo como consecuencia mayor obtención de recursos económicos, mejor administración, pero sobre todo un control político sobre la población, que duraría muchos años ¡La batalla estaba ganada! ¡Los mexicanos triunfaron! ¡Las empresas extranjeras salieron huyendo del país! Después del general Lázaro Cárdenas: “presidente que llegaba a la silla, presidente que enaltecía y rememoraba ese día”.
Cuando era niño, a punto de graduarme de la primaria, cuando las capacidades y razonamientos comienzan a hacerse presentes, me preguntaba ¿Si el petróleo es de los mexicanos donde pasó por mi dinero? Necesito dinero para comprar mis tenis. Tiempo después comprendí que el petróleo no es de los mexicanos, que todo ha sido parte de ese control político al que me referí en el párrafo anterior. Solo se necesita voltear al pasado ¿Cómo se encuentra PEMEX? En el intento de seguir con el engaño Andrés Manuel nos presenta una refinería de “alta calidad” (340 mil barriles diarios, según el propio López) pero no solo eso mis queridos lectores, refuerza esa idea con ese discurso casi extinto del general Cárdenas, y mediante arengas a su estilo, nos invita a marchar para conmemorar el día. Un vil engaño para mantenernos serenos.
500 mil asistentes, 400 mil, los más trágicos decían que 90 mil… da igual, la marcha no fue con motivo de la expropiación petrolera, la marcha fue una respuesta a la convocada por la derecha, “En defensa del INE”. Pareciera que López en lugar de ponerse a gobernar, le interesa más los movimientos de sus adversarios; a cada acción de la derecha viene una respuesta del presidente, reforzada y explicada a detalle por las ya cotidianas mañaneras.
López Obrador sabe cómo manejar a los mexicanos, su experiencia en el PRD, en los cargos públicos y la obtenida en los 18 años de campaña le otorgaron una radiografía a detalle del mexicano, sabe de qué pie cojea, sabe por dónde llegarle, qué discurso usar con cada sector de la población. Conoce a sus enemigos porque también con ellos convive, tiene sentido y tacto para detectar las necesidades y carencias, la idiosincrasia la conoce a la perfección. Y es así como me pregunto ¿Cómo deja a PEMEX el oriundo de Macuspana? Ojala no sea demasiado tarde para que sus seguidores se den cuenta: el petróleo no es de los mexicanos; PEMEX está inmerso en una crisis, no solo económica, institucional y estructural; pero sobre todo, por temas ambientales y económicos, México ya no está para depender del oro negro.
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