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Los amantes de lo ajeno también se actualizan.


Hace una semana hablamos de la corrupción en los centros de verificación, en esta ocasión les contaré lo que nos sucedió en diciembre de 2022, ya no con la Nissan NP300, ahora con un Optra modelo 2008, con placas de la Ciudad de México.


A finales del mes mi padre hizo saber a la familia la intención de vender su Peugeot modelo 2003. Durante 12 años el Peugeot fue pieza clave para la familia, esté compartió momentos gratos y no tan gratos, en diversas ocasiones fue compañero de aventura en estados como Morelos, Estado de México y Puebla; recorrió la ciudad de México de norte a sur. Era necesario cambiar el auto, porque el tiempo ya había dejado estragos en su motor y carrocería. La oportunidad llegó, un Optra 2008, excelente estética, maquina desgastada de acuerdo a su año, algunos detalles de uso, faros opacos. El único punto negativo: placas de la ciudad de México. Hacía ya unos 15 años que mi padre había huido de la verificación de la ciudad de México, después de sufrir embates con un Chevrolet Station 1980, ya que la gestoría “Arizmendi”, a decir de mi papá, “la hizo cansada y cansada”. La compra se hizo por 55 mil pesos y para los primeros días de enero la familia ya contaba con automóvil nuevo.


Pasaban los días y el estreno se menguó, la integración del Optra a la familia comenzaba a pasar desapercibida. Cuando el calendario de verificación nos indicaba que el Chevrolet Optra debía de ir al centro de verificación, temeroso por las experiencias pasadas, mi padre comenzó a acudir a diversos centros de verificación del oriente de la ciudad, y así decidir cuál de todos era el más adecuado. Ninguno le dio confianza, no son concurridos ni se encuentran rodeados de “gestorías” como en el Estado de México, sin embargo, cuando uno se acerca con su automóvil salen por todos lados personas ofreciendo sus servicios ¡Te verificamos el auto patrón! ¡Pásame tus documentos! ¡Hoy mismo queda! parecen ratas esperando el momento adecuado para salir. Mi padre optó por huir a casa y consultar a un vecino su opinión. El vecino le comento que cualquiera de los que se encontraran en la calle paralela al verificentro numero IZ 59 era confiable ¡Error!


Al día siguiente comienzan la tranza. A las afueras del verificentro fue abordado por dos tipos.


- jefe, usted vino ayer, deme 600 de derechos y yo le cobro 150 por “el brinco”- Casi arrebatando los documentos evitan que siquiera llegues al verificentro. Nervioso, mi padre entregó los documentos.


Hasta ese momento todo marchaba bien. Los “gestores”, pidieron las llaves del automóvil y se fueron, giraron a la derecha como si entraran al verificentro, no pasaron ni 5 minutos cuando regresaron, descendieron del automóvil y uno de ellos se acercó a mi padre con la intención de pedir 10 pesos para un formato de pago. Transcurrieron otros 15 minutos y regresó con el formato, una línea de captura que emite el gobierno de la Ciudad de México.


- Mi jefe, tiene multa, hay que pagarla si quiere verificar.


-Es raro, porque cuando compramos el auto mi hijo revisó toda la documentación y multas en internet- Dijo mi padre-. Los gestores comenzaban a sudar.


- Mire jefe ¡Pues sale! -. Uno de ellos se aproximó, desenfunda su celular y leyó el código QR, este supuestamente te direcciona a la página oficial de la Secretaría de Finanzas de la Ciudad de México. Después descubriríamos que la supuesta página era una especie de block de notas que sólo aparentaba ser la página oficial.


Para fortalecer el convencimiento el otro gestor hablo.


- ¡Padre!, no me importa donde la pague, puede ir a cualquier banco, pero páguela porque sino no vamos a poder verificar el auto. La puede pagar en el verificentro, aquí ya no va a pagar los 1924, paga solo la mitad- (esto nos hizo deducir que el verificentro está coludido con ellos).


-No traigo dinero, voy por él y regresó- Dijo mi padre-. Mientras abordaba el Optra color verde agua.


Mi padre regreso a casa y me mostró el formato, me contó lo que acababa de vivir a las afueras del verificentro, observé el formato y decidí leer el código QR, efectivamente te direccionará a una especie de página de la Secretaría de Finanzas, sin embargo, había algo que no terminaba de convencerme, por lo que acudí a la ventanilla del banco.


-No pagaré este formato señorita, sin embargo, me gustaría saber si es auténtico- Le dije-. Mientras entregaba por debajo de la ventanilla el formato en manos de la empleada.


La cajera hizo algunos movimientos, presionó algunos botones - Me aparece como multa joven, ¿Desea Pagar?


-No señorita- afirme-. Ahora ella, pasaba el formato debajo de la ventanilla.

Salí del banco, y algo me decía que no debía pagar ese formato. De pronto recordé que unos de mis colegas contaban con un contacto de confianza en un centro de verificación allá por la estación del Metrobús Chilpancingo.


-Envíame los documentos para que te agenden cita. Fue el mensaje de mi colega.


Al día siguiente el Optra 2008 estaba verificado. Se confirmó: el formato era falso y los “gestores” habían intentado robar parte del patrimonio familiar.



Tarjeta de presentación de los gestores.


¿Conclusión?


1. La rata se actualiza día a día, Formatos y páginas de internet idénticos a los originales. Además, sumemos la coordinación con el verificentro (no descartaría al banco, pero no me consta).


2. Por más que los gobernantes de la CDMX afirman que esta ciudad es de primer mundo, donde se respetan los derechos humanos, donde no hay corrupción, donde la impunidad ya se extinguió ¡Mienten! Estamos bajo una tela muy fina que en cualquier momento puede romperse y dejar al descubierto toda la porquería de la cual hemos sido presa desde los primeros años de conformación de esta ciudad.


3. El negocio de los verificentros es redituable ¿Se imaginan cuánto dinero se genera alrededor de estos centros de verificación? No se ve para cuando termine, siempre con el pretexto de cuidar al medio ambiente y al planeta.


4. ¿Que hace la fiscalía? Hasta el momento no he visto alguna detención, investigación o acción en concreto en contra de estos actos.



Formato proporcionado por los "Gestores".

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